PULGARCITO CONTAGIADO DE PINOCHOS

El Salvador mejor conocido como “El Pulgarcito de América”, hoy día por sus habitantes conocido con fama de tener muchos “pinochos” en un cuento al que no pertenecen.

Para quienes han leído ambos cuentos sabrán que se plantean situaciones muy particulares, por lo que en “pulgarcito” se habla de una familia pobre que abandona a sus siete hijos para no morir los padres de hambre, sus pequeños pasan ciertas dificultades, al final obtienen una recompensa por su lucha…, mientras que en el cuento de “pinocho” se habla de una marioneta que quería ser un niño de verdad, sin embargo mentía y surgen ciertas consecuencias a causa de ello, lo que nos lleva a pensar que “en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso”.

A muchos de estos “pinochos” en El Salvador no les crece la nariz, sin embargo, les crecen las cuentas bancarias y se les reducen los impuestos mágicamente ¿cómo es eso posible?

Al analizar el artículo 121 de la Constitución, nos damos cuenta de que la función primordial de los diputados es “crear normas o leyes, cumplirlas y hacerlas cumplir en función de las necesidades que requiere la sociedad, según surgen nuevos defectos”, sin embargo, la situación en el pulgarcito pareciera tratarse de incumplir las leyes en función que entran al poder los defectos.

Lamentablemente hay muchos casos de corrupción, enriquecimiento ilícito, privatizaciones y de más… que hasta la fecha no se han logrado resolver, todo porque las leyes se tergiversan a conveniencia de unos pocos “pinochos” que quieren quedar como buenos y honestos. Es una vergüenza y falta de respeto para el pueblo salvadoreño que estos “pinochos” piensen que el cargo público que se les ha encomendado es una especie de prerrogativa o título nobiliario y no un genuino trabajo por el cual reciben un salario y tienen que rendir buenos resultados.

Mientras algunos “pinochos” se dedican a hacer casi nada y se quejan del salario que se las paga, en las calles hay muchos salvadoreños que se despiertan a las cuatro de la mañana para poder sacar a su familia adelante, pretenden que el salvadoreño viva con un salario mínimo, cuando en realidad muchas personas no poseen un trabajo digno, educación adecuada e incluso que no siempre alcanzan a consumir la canasta básica rural.

Querido lector quiero que te percates en que hasta la fecha no se han presentado propuestas legislativas integrales en muchas cuestiones que deben interesarte como salvadoreño, es tiempo que exijamos a cada persona de los cargos públicos que deje de ser una marioneta y que actúe con una verdadera y honesta representación, es tiempo que sean parte de la solución del problema y que dejen de acercarse únicamente para buscar votos.

Ya basta de tanto pinocho que dice “voy a trabajar por un mejor El Salvador” o todas esas frases con falta de contenido y acción, como ciudadanos usted y yo tenemos que educarnos y aprender a exigir resultados, así como en cada empresa o lugar en el que labora se le exige resultados para que se le de un salario, así mismo, necesitamos presionar y hacer que estos señores representantes actúen con los pantalones bien puestos y rindan resultados favorables a la nación.

Si usted señor diputado o alguna persona que se encuentra en la Asamblea está leyendo dicho escrito, recuerde que, si bien es cierto que ustedes toman decisiones al interior de la Asamblea, el salvadoreño las toma en las urnas.

Por último, mencionar que debemos estar atentos a la forma en cómo se administran los recursos, luchar por hacer cumplir las leyes, frenar y castigar los casos de corrupción, dejemos de pensar de forma egoísta y pensemos en que allá afuera y en los hospitales hay mucha gente que está muriendo por falta de medicamentos, que siguen escuelas con una insustancial y precaria situación y pensemos también que toda la culpa no es del gobierno, sino de todos aquellos que actúan como marionetas y no luchar por encontrar la solución.